Me causó una gran desilusión la evolución que transformó la música de la calle que hacía Melendi en música comercial. Canciones como "Calle la Pantomima" me ponían los pelos de punta, mientras que ahora, en mi opinión, su música carece de esas ideas sociales de las que antes presumía.
Es otro artista victima de la necesidad de vender, puesto que la música comercial vende mucho más. Otro claro ejemplo de ello es Dani Martín, que comenzó sus andadas en el mundo de la música con el grupo El Canto del Loco, que causó sensación entre los jóvenes que por aquél entonces escuchábamos su música. Ahora, en cambio, sigue en solitario con un estilo de música completamente diferente.
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