No me causaba gran ilusión tener que pagar el elevado precio de la entrada ante la posibilidad de que no aguantase mucho tiempo escuchando esa música, aunque debo decir que el estar rodeado de mis amigos en medio de la playa de Barcelona me ayudó a convencerme. El concierto empezó a las 4 de la tarde y la zona restringida de la playa estaba a reventar.
Para mayor sorpresa, tanto los grupos como los Dj`s que actuaron resultaron realmente buenos y fue una de mis mejores experiencias este verano. Pero lo que más me sorprendió fue la cantidad de gente que se mueve detrás de la música. No solamente las miles de personas que nos encontramos en aquél concierto, también el trabajo de cientos de organizadores, músicos, cámaras, encargados de sonido...
De este viaje aprendí que muchas veces dejamos de hacer cosas por el simple hecho de que pensamos que no nos van a gustar y muchas veces nos equivocamos. Por eso no dudo en que debemos escuchar otro tipo de música que no sea de nuestro supuesto gusto, porque podemos encontrar nuevos estilos que nos gusten. No debemos subestimar el tipo de música que se sale de nuestros gustos, puede resultar que estemos equivocados y perdamos oportunidades como la que tuve yo aquel día.
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