La música es para mí algo que
pertenece a mi vida desde siempre. A los dos años, empecé a cantar y tocar la
pandereta con mi abuelo en la Pía Unión de Pastores de Belén, un coro que cada
navidad canta por las diferentes iglesias de Pamplona. Cuando cumplí los ocho
años, empecé a tocar el piano en la escuela de música de Zizur Mayor, y un tiempo después, mi
abuelo me dio las partituras de las canciones que llevaba cantando toda mi
vida, me dijo que cuando me las aprendiera sería la nueva pianista del coro. Sin
embargo lo fui posponiendo, y no llegué a aprendérmelas, cosa que lamenté
cuando mi abuelo murió. Fue entonces cuando decidí que como él, además del
piano, también quería tocar la guitarra.
Me apunté a clases de guitarra y
el profesor se sorprendió de la facilidad que tenía para hacer cosas que a
otros les suponía semanas de duro trabajo. Lo cierto es que yo nunca había tocado
la guitarra, pero siempre que subía al desván de mis abuelos, aporreaba una
vieja guitarra que guardaban allí. Aunque como se ha demostrado, esa facilidad
es de la herencia que mi abuelo nos dejó a los nietos. Mi hermano toca la
trompeta, mis primos la guitarra y la batería, y mi prima el violín. Yo, a pesar de que ya toco
el piano y la guitarra, no descarto la posibilidad de aprender otros instrumentos,
como la batería, que hace tiempo que me llama la atención.
Además de esto, llevo ya un
tiempo queriendo montar un grupo, desde que dejé el último del que formaba
parte, y he conseguido reunir a dos personas con la misma ilusión por la música
que yo. Tenemos previsto empezar a tocar para finales de este año, pero antes
debemos encontrar a un guitarrista para que nos acompañe.
Hay una cosa que todavía me une
más a la música, y son amigos míos que se dedican a ello, algunos
profesionalmente y otros al igual que yo, como un hobby, una parte más de su
vida. Es de gran ayuda ver como alguien que tiene éxito con lo que hace, te
apoya tanto en tus proyectos. En mi opinión, la música no es algo que sea para
uno mismo, es algo que se comparte, que te une a las personas.
No hay día que no escuche música,
y creo que cada momento en la vida debería llevar una canción incorporada. No soy
capaz de vivir sin la música, y todo lo que sé, se lo debo a mi abuelo, Carmelo de la Llave. Él me
enseñó a querer la música, a tocarla y a hacerla parte de mi vida. Todo se lo debo a él, era un músico de verdad, y yo sólo quiero seguir sus pasos.
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